No maten al mensajero...

La moral hoy está desprestigiada. Se la llama peyorativamente "moralina", y a quienes la defienden se los acusa de retrógrados e inmediatamente se les retiran todos los micrófonos.
Y si bien el ataque externo es muy fuerte, la debilidad también es interna, ya que muchos han querido defender la moral desde una forma de soberbia, mal llamada "autoridad moral".
El autor de este blog habla de moral sin autoridad moral, sino desde su lucha cotidiana contra sus debilidades, pasiones insanas, y flaquezas espirituales.
La moral está por encima de todos nosotros. Es nuestra labor cotidiana el elevarnos hacia ella, y no intentar bajarla a nuestra (aún) mediocre altura.



lunes, 28 de junio de 2010

Tu quoque, Disney mío...

"El protagonista de la historia es 'diferente' a los de su especie. No hace lo que su naturaleza le indicaría que tiene que hacer. Su familia y amigos rechazan ese comportamiento, algunos se burlan, y otros intentan hacerlo cambiar. Finalmente el protagonista muestra que las cosas que lo hacen diferente le permiten convertirse en un héroe y salvar a todos los 'normales', que de otra manera estarían perdidos. Todos reconocen su error y se lamentan por haber buscado que responda a su naturaleza. Final feliz."

El mismo modelo se aplica, por ejemplo, a:
  • "El espanta-tiburones" ("Shark Tale")
  • "Madagascar 2"
  • "Cómo entrenar a tu dragón" ("How to train your dragon")
Y seguramente muchas otras que no he visto (y espero no ver)...

¿Falta de imaginación en los guionistas, o...?





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